ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, TECNOLÓGICA O INNOVACIÓN (RE)DIRECCIONAR LA DIPLOMACIA CULTURAL COLOMBIANA: RELACIONES COLOMBIA-FRANCIA (RE)DIRECTING COLOMBIAN CULTURAL DIPLOMACY: RELATIONSHIPS BETWEEN COLOMBIA AND FRANCE (RE)DIRECIONAR A DIPLOMACIA CULTURAL COLOMBIANA: RELAÇÕES ENTRE A COLÔMBIA E A FRANÇA	Código: 1726308991 • Autor: Shutterstock

10.14718/NovumJus.2021.15.E.9

Sandra Montoya Ruiz

La autora:
candidata a doctora en Estudios políticos e internacionales, docente de la Universidad del Rosario y colaboradora del Instituto Latinoamericano de Altos Estudios (ILAE).
0000-0001-6011-418X.
sandra.montoyar@urosario.edu.co

Recibido: 4 de noviembre de 2021
evaluado: 6 de noviembre de 2021
aceptado: 9 de noviembre de 2021

Resumen

El artículo argumenta el necesario redireccionamiento de la diplomacia cultural colombiana, que está desconectada del contexto nacional, para convertirla en plataforma de profundización de la cooperación bilateral entre Colombia y Francia, de modo que esta incluya las redes tejidas por artistas, profesores, investigadores, escritores y ciudadanos de los dos países. A partir del análisis comparado de los enfoques de política exterior francesa y colombiana durante el segundo período de Juan Manuel Santos e inicios del de Emmanuel Macron, se identifican convergencias y oportunidades que quedaron abiertas y visibles en la celebración del Año Colombia-Francia 2017. En este evento se difundió parte del trabajo de artistas, profesores, investigadores y cultores colombianos y se nutrieron las relaciones culturales entre ambos países, gracias a lo cual se logró sentar un precedente significativo para redireccionar la actual diplomacia cultural colombiana en Francia y para alimentar la diplomacia cultural francesa dirigida a la Colombia de hoy.

Palabras clave: diplomacia cultural, Colombia, Francia, conflicto, construcción de paz, derechos humanos.

Abstract

The paper argues for the necessity of redirecting current Colombian cultural diplomacy, which is disconnected from the national context, to turn it into a platform for strengthening bilateral cooperation between Colombia and France, so that it includes existing networks created by artists, teachers, researchers, writers, and citizens of both countries. Based on a comparative analysis of French and Colombian foreign policy approaches during the second period of Juan Manuel Santos and the beginning of Emmanuel Macron's term, the article identifies convergences and opportunities opened and made visible during the celebration of the Colombia-France Year in 2017. During this event, part of the diverse and creative work of Colombian artists, professors, researchers, and cultural agents was presented and disseminated, in addition to promoting cultural relations between Colombia and France, leaving an important precedent to both redirecting the current Colombian cultural diplomacy approach in France and nurturing French cultural diplomacy in Colombia.

Keywords: cultural diplomacy, Colombia, France, conflict, peacebuilding, post-conflict, human rights, arts, education

Resumo

Neste artigo, argumenta-se sobre o necessário redirecionamento da diplomacia cultural colombiana, que se encontra desconectada do contexto nacional, para convertê-la em plataforma de aprofundamento da cooperação bilateral entre a Colômbia e a França, a fim de que esta inclua as redes estabelecidas por artistas, professores, pesquisadores, escritores e cidadãos dos dois países. A partir da análise comparada das abordagens de política exterior francesa e colombiana durante o segundo período Juan Manuel Santos e início do de Emmanuel Macron, são identificadas convergências e oportunidades que ficaram abertas e visíveis na celebração do Ano Colômbia-França 2017. Nesse evento, foi difundida parte do trabalho de artistas, professores, pesquisadores e cultores colombianos e foram nutridas as relações culturais entre ambos os países; graças a isso, conseguiu-se estabelecer precedente significativo para redirecionar a atual diplomacia cultural colombiana na França e para alimentar a diplomacia cultural francesa dirigida à Colômbia de hoje.

Palavras-chave: diplomacia cultural, Colômbia, França, conflito, construção de paz, direitos humanos.

Introducción

En medio de la preocupante situación de derechos humanos del país,¹ y del tenso contexto nacional colombiano, marcado por la polarización social, por la pugna desigual entre las corrientes que impulsan la radicalización y las que propician el diálogo tendiente a incluir la diversidad en Colombia, la diplomacia cultural se presenta como herramienta para apoyar la búsqueda de la paz, la cohesión social y la resignificación del país en el escenario internacional.

Hoy, luego de cuatro años de la celebración del Año Colombia-Francia 2017, es oportuno retomar las oportunidades que siguen abiertas, aunque enfriadas, para profundizar las relaciones de amistad entre estos pueblos, desde la cultura, el deporte, la educación, la innovación, la ciencia, la tecnología y el turismo. Un reto en el que son indispensables las redes tejidas por artistas, escritores, profesores, investigadores, cultores y ciudadanos que han alimentado el lazo entre Colombia y Francia, desde sus raíces y sus expresiones contemporáneas y ancestrales. Estos actores no solo ofrecen conciertos, presentaciones, exposiciones, recitales, eventos académicos, investigaciones y becas educativas que propician el conocimiento mutuo y el intercambio cultural profundo, sino que ellos mismos se convierten en embajadores de sus países.

Los intercambios entre Colombia y Francia son palpitantes. Francia es uno de los primeros siete Estados destino a donde emigran los colombianos y el segundo europeo con mayor presencia de ellos,² con 20 000 personas, de las cuales 3500 son estudiantes universitarios, quienes, a su vez, se consolidan como la segunda comunidad estudiantil latinoamericana más grande en ese país.³ Simultáneamente, Colombia cuenta con alrededor de 200 empresas francesas, en las que trabajan entre 100 000 y 120 000 connacionales,⁴ y es hogar de alrededor de 5800 franceses.⁵ En tributo a la amistad entre Colombia y Francia, a las redes construidas de lado y lado del océano Atlántico y a lo largo de la historia de las dos Repúblicas, este artículo argumenta que es necesario (re)direccionar la diplomacia cultural colombiana, para profundizar las relaciones de cooperación bilateral. Para ello, en primer lugar, se expone un análisis comparativo de los enfoques de política exterior de Colombia y Francia durante los períodos presidenciales de Juan Manuel Santos (2014-2018) e inicios del de Emmanuel Macron (2017-2018), lo que muestra su convergencia, su sintonía con la construcción de la paz y el papel de la diplomacia cultural en sus políticas exteriores. Más adelante, se describen algunas oportunidades trazadas, que se vieron enfriadas por el cambio de enfoque de la política exterior del gobierno de Iván Duque, pero siguen explorables para profundizar la cooperación bilateral.

1. Enfoques de política exterior: paz y diplomacia cultural

En las relaciones bilaterales entre Francia y Colombia de los gobiernos Santos-Hollande e inicios del de Macron, se resaltan la sincronía y el reconocimiento mutuo de posibilidades para beneficiar a los dos Estados y a sus poblaciones, y para construir su rol internacional bajo la premisa común de la construcción de la paz. La aceptación de la importancia de Colombia para la política exterior francesa bajo el gobierno Santos fue impulsada por la decisión de celebrar el Año Colombia-Francia 2017, así como por la visita de Estado del expresidente francés François Hollande, en enero de ese año, luego de casi 28 años de la última visita de un mandatario de ese país: François Mitterrand, en 1989.

Entre finales de la década de 1980 y 2017, los contextos internacional y nacional habían tomado matices distintos para Francia y Colombia: las relaciones, las posibilidades, los desafíos y los intereses nacionales se resignificaron y ello permitió ver en el otro a un aliado importante. Para Colombia, Francia era relevante por diversas razones, entre ellas:⁶ i) era el primer empleador extranjero en Colombia, con la generación de cerca de 10 000 empleos directos; ii) era el octavo mercado en la Unión Europea (UE) y el comprador extranjero número 31 de Colombia;⁷ iii) la estrategia de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) en sus líneas de desarrollo sostenible y políticas de cohesión social, que apuntaban a la reducción de la desigualdad en el posconflicto; iv) la acogida de estudiantes franceses que venían posicionado a Colombia como su segundo receptor en América Latina; v) la dinámica cooperación científica, que propició la producción de 500 publicaciones anuales, la presencia de cinco institutos de investigación franceses (CIRAD, IRD; IFEA, IDA),⁸ la implementación de 150 proyectos de investigación conjuntos Ecos-Nord¹⁰ y el Premio franco-alemán en derechos humanos Antonio Nariño, dirigido a activistas y organizaciones no gubernamentales (ONG) constructores de paz, y vi) el apoyo al proceso de paz, en particular, con ayuda económica destinada a la eliminación de minas antipersonales (MAP), a la memoria histórica y a la política agraria, y con su postura favorable a la expedición de las resoluciones de la ONU que acompañan el proceso de paz desde el sistema universal de protección de derechos humanos, además de la contribución de 3 millones de euros al Fondo de la UE para la implementación del Acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Por su parte, en 2017, Colombia era interesante para Francia por varios motivos, entre ellos: a) era el único país de inversión en el que la mayoría de la CAC 40i tenía presencia, en el que Francia, entre 1994 y 2016, invirtió 2857,5 millones de dólares, impulsada por la aprobación del Acuerdo de protección y promoción recíproca de inversiones (Appri) para la protección y el marco jurídico de capitales en Colombia y Francia, y por la inclusión de sectores de oportunidades para la inversión extranjera en turismo, agroindustria e industrias tecnológicas en 300 municipios colombianos afectados por el conflicto armado; b) su apoyo en el posicionamiento de Francia en la región, dada su presencia activa como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y como observador de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Alianza del Pacífico; c) la diáspora de más de 40 000 colombianos en ese país;¹⁰ d) era una plataforma para cubrir los mercados de la región, al ser Colombia la cuarta economía latinoamericana más estable,¹¹ con presencia de 180 filiales francesas¹² que facturan en ese país más de 15 000 millones de dólares,¹³ y d) era sede de redacción y emisión en español y para América Latina de la cadena francesa France 24 en español que, desde 2017 tiene una transmisión diaria en México, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Bolivia, Uruguay, Panamá, Guatemala y países del Caribe.¹⁴

En ese marco de reconocimiento y ante un desafiante contexto internacional, durante el período en el que confluyeron Santos y Macron se había construido un ambiente propicio para que ambos países, a partir de la cultura y con un propósito común —la construcción de la paz— profundizaran sus relaciones. En ese momento, sus enfoques de política exterior presentaban una histórica convergencia y trasmitían coherencia institucional entre las apuestas internas en derechos humanos y el uso del soft power vía diplomacia cultural, la cual no era malentendida como maquillaje de la realidad interna.¹⁵

Ambos enfoques coincidían en una visión respice omnia (mirar al mundo o al conjunto), caracterizada por una inclinación hacia la búsqueda de identidades y relaciones internacionales amistosas, el multilateralismo y la actuación para el fortalecimiento de los proyectos de integración regional de los que forman parte Francia y Colombia, y los roles de liderazgo sin intervencionismo. Durante la Administración de Santos, con la gestión de la canciller María Ángela Holguín, la política exterior dio un giro, al trascender de la doctrina respice polum, determinada por el centralismo de la alianza con Estados Unidos —en algunos periodos, con cierto grado de autonomía—. Colombia diversificó la agenda temática para la cooperación con el mundo, avanzó en la resignificación de las relaciones bilaterales con otros Estados latinoamericanos —y cumplió así su mandato constitucional—, reconstruyó el acercamiento con países vecinos y reconoció la existencia de un conflicto armado interno. Este reconocimiento implicaba hablar del compromiso de las Fuerzas Armadas y, en general, del Estado con el derecho internacional humanitario (DIH) e incentivar dentro de estas una mayor apropiación del DIH y del enfoque de derechos humanos, más allá de los cursos de capacitación realizados después de la Guerra Fría, como plataforma para construir legitimidad desde la aplicabilidad del DIH y hallar una salida negociada al conflicto armado.¹⁶ Esta renovación estuvo acompañada por la diversidad de aliados internacionales de Colombia en torno a la paz y a su búsqueda de oportunidades en el escenario internacional.

Por su parte, hasta el cierre del mandato Santos (2018), la política exterior francesa mantuvo continuidad con el entonces recién elegido presidente Emmanuel Macron¹⁷ y entrelazó europeísmo y globalismo. Con el primero, Macron enfatizó el interés en una federación europea y fortalecer la UE, junto con Alemania, para incrementar la relevancia de su país en el mundo. Desde este enfoque, reconocía que, sin una UE fuerte, no era posible lograr un rol protagónico, si el objetivo era afrontar los desafíos de la globalización y aprovechar sus posibilidades. Se privilegiaba el multilateralismo, se posicionaba discursivamente a los derechos humanos para gestionar la migración en Francia y en Europa y para construir liderazgo en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La mirada de Macron, hasta ese momento, intentaba complementar el reconocimiento de la lucha contra el terrorismo radical islámico y la intención de la refundación y del relanzamiento del proyecto europeo impulsando la protección a sus ciudadanos, la defensa común y el fortalecimiento de la unión económica y monetaria europea; todo lo anterior, guiado por las premisas diplomáticas de demostrar la "capacidad de hablar con todos", para cumplir los acuerdos que tienen alcance global, entre ellos, el programa nuclear de la República de Irán y los establecidos para frenar el cambio climático.¹⁸

En el marco del enfoque de respice omnia se ponía en el centro la construcción de la paz o la contribución a ella en los ámbitos doméstico e internacional y en la política exterior de Santos hubo logros como:¹⁹ el incremento de la percepción positiva, del interés de los inversionistas en Colombia y del número de turistas atraídos por la diversidad del país; el impulso a la inversión y a hacer empresa en regiones que han sido históricamente afectadas por el conflicto armado; la supresión de la exigencia de visa a los colombianos en 44 países; los positivos índices de colaboración con los países vecinos luego de relaciones tensas, caracterizadas por una imagen negativa de Colombia en el vecindario; la resignificación de Colombia como país amigo y aliado en la región para alcanzar el progreso; la vinculación de la comunidad internacional al proceso de paz con las FARC y su compromiso con la etapa de posconflicto, mediante la creación de los fondos de la ONU, del Banco Mundial (BM), de la UE y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el inicio de la fase pública de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con el auspicio de Ecuador como país anfitrión del proceso de paz, y con el apoyo de Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela como países garantes.

Al inicio del período Macron y al cierre del gobierno Santos, se contaba con un contexto único para Colombia y Francia, a partir de la diplomacia cultural, para profundizar las relaciones desde sus políticas exteriores y con un amplio abanico de actores involucrados en ella. En este marco se celebró el Año Colombia-Francia 2017, primera temporada cruzada realizada por Francia con un país de lengua hispana y la segunda organizada en América Latina —la primera fue con Brasil, en 2009—, lo que permitió incrementar el conocimiento de Colombia en Francia y promovió la imagen del primero como "un país renovado", por medio de iniciativas en educación y cultura pensadas para establecer nuevas alianzas interinstitucionales y sinergias binacionales que abrieran las puertas a estudiantes, artistas, profesores e investigadores en el país galo.²⁰ En palabras del presidente Santos:

Francia siempre ha sido nuestra aliada en la consolidación para la paz. Con la temporada cruzada logramos fortalecer como nunca la cooperación franco-colombiana, gracias a un diálogo abierto sobre nuestras dificultades y retos comunes. Nos acercamos y descubrimos el potencial de nuestras nuevas generaciones, conectamos a nuestros artistas y creamos puentes entre nuestros empresarios y emprendedores. Las alianzas económicas y la cooperación educativa, para el desarrollo y el posconflicto también fueron protagonistas en este encuentro.²¹

El Año Colombia-Francia 2017 reunió a 2000 colombianos y franceses que participaron en la programación, integrada por 1000 eventos, atendidos por alrededor de 4 millones de personas, que pudieron participar en los intercambios culturales, académicos y artísticos, en más de 70 ciudades y municipios de los dos países.²² Se trató de un evento que se convirtió en un referente importante para nutrir las relaciones entre Francia y Colombia, y para conectar a los agentes de diplomacia cultural, estatales y de la sociedad civil, en particular a artistas, escritores, profesores, investigadores, emprendedores en turismo, funcionarios y empresarios. Esto dejó trazado un camino para proyectos futuros e incrementó redes construidas y por construir al cierre del gobierno Santos. Lo logrado en este evento, los proyectos trazados y los retos para seguir profundizando las relaciones entre Colombia y Francia y aumentar la cooperación bilateral en cultura, educación y arte se quedaron en veremos, con la política exterior del gobierno Duque, como lo demuestra el raquítico acercamiento cultural y académico entre agosto de 2018 y julio de 2021.

Al analizar las memorias anuales del Congreso del MRE de Colombia, que documentan la labor del MRE e incluyen las actividades de diplomacia cultural realizadas, se identifica la disminución del despliegue de diplomacia cultural colombiana en Francia, a pesar de ser la "economía naranja" —integrada por las industrias creativas— un pilar del discurso presidencial, así como la protagónica participación del presidente Duque en eventos internacionales de estas industrias, entre ellos, el Cannes Lions 2019, en Francia. En este período, la diplomacia cultural colombiana desplegada en Francia solo contaba con algunos ciclos de cine, la presentación de pocos grupos de música o músicos —Los Gaiteros de San Jacinto, el cuarteto M4nolov y el DJ colombiano Julio Victoria, que realizaban sus giras y llegaron a Francia—, el paso del chef colombiano Álvaro Clavijo y un conversatorio virtual sobre el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete.²³

2. Oportunidades por explorar

Al analizar el modelo francés y el colombiano en el período Santos y el inicio del de Macron, a la luz de la diplomacia cultural profunda, se identifican oportunidades para profundizar las relaciones Colombia-Francia que permiten redireccionar el enfoque colombiano, en atención a la diversidad cultural del país, su contexto actual (de cara a sus ventajas, sus necesidades y sus problemas) y se toma partido por los programas que forman parte de la diplomacia cultural francesa y pueden nutrir la cooperación bilateral hacia Colombia en cultura y paz.

Se puede tomar la diplomacia cultural profunda como:

[El] complejo conjunto de operaciones, actividades, programas e iniciativas orquestadas por el Estado para fines de la política exterior, [a partir de] la diversidad y creatividad, múltiples expresiones culturales en sus manifestaciones locales y nacionales [...] con el propósito de tejer relaciones entre los países, construir y consolidar los nexos [...] intercambio de ideas, información, valores, [...] tradiciones y creencias, [...] fomentar el entendimiento mutuo entre los actores, puntos de encuentro y estrategias conjuntas [...] el manejo responsable y coherente de la(s) imagen(es) de país en el exterior, la promoción y preservación del patrimonio cultural, las artes en sus diversas disciplinas y [...] expresiones [...] el idioma [y...] las industrias creativas [...] la enseñanza del lenguaje e historia nacional [...] el diálogo interreligioso e intercultural [...], intercambios y cooperación educativa bilateral, multilateral y global, [...] el intercambio a través de la creación artística [... e] involucra [...] la población receptora de las misiones diplomáticas nacionales en el exterior [. y a] los connacionales en el exterior.²⁴

Con base en esta definición, se observa que las ocho dimensiones que integran esta diplomacia tienen avances, aunque con mayor profundidad en el modelo francés.²⁵

Estas dimensiones son:²⁶ i) promoción cultural exterior; ii) idioma e historia nacionales (enseñanza); iii) intercambios educativos y académicos de avanzada; iv) construcción de opinión pública en relaciones internacionales y política exterior; v) protección, conservación y promoción del patrimonio cultural material e inmaterial; vi) redes de expertos y amigos del país en el exterior; vii) diálogo interreligioso e intercultural, y viii) lazos culturales expansivos: connacionales en el exterior y migrantes extranjeros.

Ahora bien, para identificar las oportunidades cabe situar el foco en cuatro de ellas: i) promoción cultural exterior; ii) protección, conservación y promoción del patrimonio cultural material e inmaterial; iii) intercambios educativos y académicos de avanzada, y iv) idioma e historia nacional (enseñanza). Entonces sobresalen posibilidades que siguen por explorarse e implican redireccionar el enfoque de la diplomacia cultural colombiana hacia Francia y, a la vez, respaldar a artistas, escritores, profesores e investigadores colombianos como sus agentes. A continuación, se abordan las oportunidades identificadas en cada una de estas cuatro dimensiones.

2.1. Promoción cultural exterior de Colombia

Esta dimensión²⁷ incluye acciones realizadas o promovidas por el Estado para asegurar la presencia de artistas y escritores en eventos internacionales como festivales, ferias y bienales de artes plásticas, cinematografía, literatura, gastronomía, artes escénicas y música, como expresiones de la diversidad cultural del país. Al revisar el modelo francés de diplomacia cultural, en esta dimensión se encuentran herramientas que contribuirían al fortalecimiento de las industrias creativas y la diplomacia cultural colombianas, en particular para insertar bienes culturales nacionales en el mercado francés.

La inclusión de tales industrias en el mercado galo, como desafío para el país, toma partido de las capacidades ya instaladas, como lo demuestra el hecho de que, antes de la pandemia, Colombia se había posicionado como el segundo exportador suramericano de estos bienes, el número 20, entre 141, en exportación de servicios creativos, el cuarto productor latinoamericano de cine y uno de los 10 exportadores de videojuegos.²⁸ Este reto exige un apoyo estatal contundente a los productores nacionales del campo creativo, una labor coordinada en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) con su misión en Francia, Procolombia y el Ministerio de Cultura, y atender las necesidades de los productores y cultores.

Lograr un incremento contundente de intercambios culturales, artísticos y académicos entre Colombia y Francia trae consigo el aumento de la cooperación bilateral. Esta labor requiere otorgarle mayor peso a la Dirección de Asuntos Culturales del MRE-Colombia, su articulación con el Ministerio de Cultura y las instituciones culturales involucradas en el ámbito nacional y el local, de forma que pueda accederse a la diversa oferta del Institut Français, como actor clave de la diplomacia cultural francesa e, incluso, revisar su funcionamiento, para mejorar el modelo colombiano.²⁹

El Institut Français se encarga de promover la acción cultural exterior de Francia mediante intercambios artísticos con espectáculos en vivo, artes visuales y arquitectura, además de la difusión de cine y nacionales, de la promoción de su lengua y de la cooperación universitaria. De hecho, el evento Año Colombia-Francia 2017 fue impulsado por este, por lo que el punto de inicio de la profundización de acciones conjuntas en este frente debe abarcar la retoma de los resultados de este evento, así como activar las redes construidas para llevarlo a cabo y aquellas que emergieron durante su celebración. Esta retoma implica convocar a las personas que participaron en su organización y en su realización, propusieron proyectos de diplomacia cultural conjuntos o identificaron otros que pueden materializarse ante las circunstancias actuales de ambos países, con el apoyo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y los demás recursos disponibles para ambos Estados.

En cuanto a la promoción cultural, la retoma exige activar las redes culturales de profesores, investigadores, artistas y escritores en las dos naciones y la proactividad de las misiones de Colombia en Francia, en articulación con la Cancillería, como prioridad de política exterior con el país europeo.

Entre las oportunidades concretas en la oferta del Institut Français, Colombia debe ampliar la búsqueda de financiamiento de coproducciones y la difusión internacional de creaciones de sus jóvenes cineastas, así como de países del sur y del Caribe,³⁰ en los que se enfoca este frente del Institut. Con este logro, el golpeado cine colombiano encontraría un impulso para aminorar la actual reducción del 70 % en la producción.³¹ Hacer realidad esa oportunidad requiere una estrategia efectiva entre el MRE-Asuntos Culturales, el Ministerio de Cultura, Proimágenes, Procolombia, cineastas colombianos y universidades con programas en esa área, para conseguir una participación significativa del cine colombiano en las convocatorias del Fondo Sur Francés o como frente de cooperación cultural.

La relevancia del apoyo al sector del cine, en materia de diplomacia cultural, obedece al impacto que este tiene como vehículo de representaciones e imágenes de Colombia, su gente, sus historias, sus culturas y sus problemas, en su diversidad y su complejidad. Pensar en una estrategia coordinada para posicionar al cine colombiano en Francia y en el mundo implica también impulsar a Colombia como nicho de expresiones culturales, de historias inexploradas sobre su experiencia en conflicto, de iniciativas de paz y en reconciliación desde distintos ángulos, más allá de la caricaturización del narcotráfico, de sus comunidades, así como la oportunidad que representa Colombia para productoras francesas, dados los incentivos de la Ley 1556 de 2012 o Ley de Cine.³²

2.2. Intercambios educativos y académicos de avanzada

En esta dimensión se encuentran múltiples posibilidades para redireccionar la diplomacia cultural colombiana en Francia, por ejemplo, actuar frente a los resultados de la celebración del Año Colombia-Francia. Entre los resultados se hallan los identificados durante el IV Encuentro de rectores de universidades colombianas y francesas, en Lyon,³³ y en el que los rectores acordaron, como punto de trabajo fundamental para la cooperación bilateral en educación y los intercambios académicos en diplomacia cultural, dar lugar a: i) la vinculación del sector empresarial colombiano para ofrecer mayores opciones de prácticas en Colombia dirigidas a estudiantes franceses; ii) analizar y aprender de experiencias de regionalización de la cooperación interinstitucional francesa para construir redes interuniversitarias, mejorar el trabajo entre ellas y con el Estado, y usar acertadamente el potencial de las regiones, y iii) programas de investigación conjunta en sostenibilidad, tecnologías, agronomía, innovación, ciencias humanas y sociales, y en educación técnica. En este reto es esencial la articulación entre el MRE-Asuntos Culturales, el Ministerio de Educación Nacional, la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun) y las universidades colombianas y sus redes construidas con sus pares en Francia, por medio de profesores e investigadores de ambos países.

Si bien el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex), y la Embajada de Francia difunden las becas académicas para colombianos en ese país, es preciso robustecer la oferta de Colombia hacia Francia, apalancada por las universidades y los centros de pensamiento colombiano y los recursos necesarios por parte del Estado colombiano. En este frente, sería estratégico, entre otras acciones, robustecer el programa Jóvenes Talentos Colombianos, para incrementar el apoyo a colombianos en la realización de estudios en el exterior, presenciales o virtuales, en el arte y en industrias creativas, así como incrementar la difusión y el trabajo conjunto entre universidades francesas y colombianas que cuentan con programas en arte e industrias creativas para propiciar la movilidad académica y artística. También es clave buscar el acceso de Colombia a programas destinados a la zona de solidaridad prioritaria (ZSP), pues en el marco de la ZPS, el Institut apoya manifestaciones culturales y creativas, así como a operadores culturales locales, y fomenta la difusión de artistas y sus obras a escala internacional.³⁴ Este acceso se alinea con el apoyo que brinda Francia a la construcción de paz en el país. Por ejemplo, nutrir la cooperación francesa hacia Colombia implicaría robustecer y ampliar recientes convocatorias de apoyo a iniciativas de "Desarrollo y paz"³⁵ en el componente cultural, para apoyar iniciativas en cultura, artes, educación y deporte en los territorios más afectados por el conflicto, sin dejar de lado el resto del país. Otra forma de alimentar la cooperación exige incrementar las convocatorias difundidas en Colombia de los programas Focus y Labs, del Institut Français,³⁶ dirigidas a jóvenes gestores culturales, artistas y escritores colombianos, que permitan participar en eventos franceses emblemáticos en industrias creativas, como la convocatoria Focus en literatura infantil, a la que se postularon profesionales colombianos para participar en el Salón del Libro y de la Prensa Juvenil de Seine-Saint-Denis 2021,³⁷ lo cual se puede ampliar a todas las artes del portafolio Focus y Labs.

2.3. Protección, conservación y promoción del patrimonio cultural

En esta dimensión³⁸ se encuentran las iniciativas encaminadas a la delicada labor de promover, conservar y promocionar el patrimonio cultural colombiano, formado por los bienes culturales que una nación ha legado a la historia y que en el presente son considerados patrimonio o a los que la sociedad les otorga una especial importancia histórica, científica, simbólica o estética, como la herencia recibida de los antepasados para las generaciones venideras. Para impulsar esta dimensión, en las relaciones con Francia es necesario fortalecer redes de protección del patrimonio cultural en Colombia y la estrategia de su inclusión en la lista de patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el apoyo de Francia. Este objetivo es apremiante en el marco del conflicto armado colombiano; además, se alinea con el impulso francés a la Resolución 2347/17 del Consejo de Seguridad de la ONU, que busca construir una alianza internacional para proteger el patrimonio cultural en contexto de conflicto armado.

En construcción de la paz en Colombia, de la que Francia es un aliado, surge la posibilidad de impulsar la creación de un Instituto de patrimonio mundial de países en o hacia el posconflicto.³⁹ Esta iniciativa convocaría a países que han vivido un conflicto armado interno y podría impulsarse en la Unesco, con el apoyo de Francia y en rescate de su rol internacional a favor de la paz. Esta iniciativa permitiría observar el compromiso francés hacia la "protección del patrimonio cultural en peligro en las zonas en conflicto y en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales como herramienta de financiamiento de las redes terroristas".⁴⁰

Del lado de Colombia, una iniciativa de esta envergadura requiere avanzar hacia un enfoque integral para la gestión de su patrimonio cultural,⁴¹ con la participación de las comunidades más afectadas por el conflicto, para que ellas identifiquen manifestaciones culturales materiales e inmateriales que les dan sentido y pertenencia, y para que sean contempladas en las candidaturas enviadas por Colombia al listado de patrimonio cultural de la Unesco. Esta labor pasa por la profundización en políticas específicas que le permitan al país la gestión, la protección y la salvaguardia de su patrimonio, entre ellos, los centros históricos y los parques arqueológicos y, en general, los lugares de la memoria, profundización que se debe tener presente para responder a las transformaciones sociales y culturales que vive la sociedad colombiana.⁴²

2.4. Idioma e historia nacional (enseñanza) con Francia

En esta dimensión⁴³ hay un vehículo único para la construcción de lazos perdurables entre las poblaciones de Colombia y Francia, por medio de la enseñanza del español y de la historia colombiana. Aquí se incluye la puesta en marcha de centros culturales en el exterior, centros de estudio e investigación especializada en asuntos de interés de Colombia, y cátedras o eventos académicos sobre este país en think-tanks en el exterior; de hecho, esta dimensión es un eje de la diplomacia cultural, implementada por la Alianza Francesa,⁴⁴ que en Colombia cuenta con más de 24 000 alumnos y una red de 12 centros, hasta 2015.⁴⁵

Colombia ha identificado la enseñanza del español como idioma extranjero, como un campo para su propia diplomacia cultural, con el fin de posicionar al país como destino de aprendizaje y formación de profesores de excelencia, de educación superior y de investigación de calidad. Para ello, es iniciativa aliada Colombia Challenge Your Knowledge,⁴⁶ destinada a profundizar los intercambios académicos.

En este reto de posicionamiento⁴⁷ sobresale también la labor del Instituto Caro y Cuervo,⁴⁸ que puede fortalecerse con los modelos del Institut Français, de la Alianza

Francesa y del France Éducation International, de forma que se incrementen los intercambios de investigadores, profesores y estudiantes franceses interesados en aprender o practicar el español, se reconozcan el ICyC y las universidades colombianas como instituciones para lograrlo.

Si bien de tiempo atrás se realizan convocatorias difundidas por el Icetex en Colombia para otorgar becas parciales como asistente de idioma español a estudiantes colombianos de lenguas modernas con énfasis en lengua francesa, Colombia aún requiere fortalecer, con la ayuda de sus universidades con programas de francés (en el marco de Ascun o del programa Colombia Challenge Your Knowledge, como piloto), el France Éducation International, dirigido a estudiantes franceses de lenguas modernas con énfasis en español interesados en ejercer como asistentes de francés en Colombia (intercambio de auxiliares de docencia). El fin de estas iniciativas sería familiarizarse con el español y con la cultura colombiana y, en el proceso, convertirse en embajadores culturales de Francia en Colombia y, a su regreso a Francia, en embajadores de Colombia en su país.

Puesto que, desde el decenio de 1980, Colombia viene llamando la atención internacional por su conflicto armado, su situación de derechos humanos,⁴⁹ sus intentos y sus avances en la construcción de la paz y el posconflicto, y recientemente por el estallido social de 2021, que puso en la mira de la comunidad internacional la alarmante situación de derechos humanos, se abre la posibilidad de propiciar acercamientos multidimensionales que faciliten en Francia el entendimiento más profundo sobre Colombia, su historia y cultura. Para ello, es necesario organizar eventos académicos, presenciales y virtuales, en universidades francesas en torno a Colombia, así como considerar la construcción de cátedras de Colombia en universidades francesas con profesores e investigadores de los dos países. Estas cátedras ya han tenido lugar, por supuesto, pero su durabilidad no siempre ha contado con el apoyo estatal colombiano y, junto con el del Estado francés, podrían abrirse en universidades francesas que tienen líneas de investigación en paz, conflicto y seguridad, estudios latinoamericanos y culturales. En estas universidades, además, podría fomentarse la investigación en torno a Colombia y prácticas de estudiantes franceses en pregrado y posgrado en Colombia, para adelantar sus proyectos de investigación o prácticas profesionales.

Conclusiones

En este artículo se argumentó el necesario redireccionamiento de la diplomacia cultural colombiana para profundizar la relación de cooperación bilateral y amistad entre Colombia y Francia que existió durante el período en el que convergieron los presidentes Juan Manuel Santos y François Hollande e inicios de Emmanuel Macron. Se trató de una oportunidad única, de la cual la celebración de Año Colombia-Francia 2017 fue una muestra, pero también un punto de partida para apostarle a la diplomacia cultural colombiana en Francia.

Con el cambio del enfoque de la política exterior colombiana durante el gobierno Duque, a pesar del logro histórico de la firma del acuerdo de paz con las FARC y del inicio del proceso de posconflicto, las relaciones en materia de diplomacia cultural promovidas por el Estado colombiano se vieron disminuidas; no obstante, las oportunidades abiertas por las redes académicas y culturales siguen presentes, a la espera de la voluntad estatal para redireccionar la diplomacia cultural colombiana, difundida e impulsada por el Estado, y con el apoyo de la diplomacia cultural francesa hacia Colombia.

Las oportunidades identificadas en este artículo se ubican en cuatro dimensiones de la diplomacia cultural, que son: i) el fortalecimiento mutuo de las industrias creativas e intercambios académicos, apalancados en la oferta del Institut Français para el apoyo a cine colombiano (Fondo Sur), literatura, gastronomía, artes escénicas y música, con acceso a programas Lab y Focus, y otros dirigidos a las ZSP, en línea con el enfoque de solidaridad de la diplomacia cultural francesa y su compromiso con la construcción de paz en Colombia; ii) la profundización de la alianza Colombia-Francia para la protección del patrimonio cultural colombiano y de otros países en conflicto o que transitan al posconflicto, con la construcción de un instituto de patrimonio mundial de países en posconflicto, apoyado por la Unesco; iii) la construcción de cátedras de Colombia en el exterior y eventos académicos en torno al país en universidades francesas, en especial, en aquellas donde existen líneas de investigación sobre paz, conflicto y seguridad, cultura y oferta dirigida a estudiantes franceses interesados en aprender español o en estudiar en Colombia, y iv) fomentar la investigación de estudiantes franceses sobre Colombia y prácticas en universidades y centros de pensamiento nacionales.

Asimismo, la proyección y la difusión de las iniciativas de paz presentes en Colombia aún desconocidas, por medio de las industrias creativas francesas y colombianas; robustecer la labor del ICyC, mediante asistencia técnica del Institut Français, la Alianza Francesa y el France Éducation International, para incrementar los intercambios; en reciprocidad con la convocatoria realizada por Francia a estudiantes colombianos de lenguas modernas, ofrecer becas parciales dirigidas a estudiantes franceses de lenguas con énfasis en español para ejercer como asistentes de idioma francés en instituciones educativas colombianas (en el marco de las universidades de Ascun o el programa Colombia Challenge Your Knowledge, como piloto), con el apoyo del Gobierno colombiano.

Estas y otras oportunidades requieren voluntad por parte de los dos Estados, sus instituciones involucradas en la diplomacia cultural, educación y cultura, así como la inclusión y el reconocimiento de la labor de sus ciudadanos en ambos países (diásporas), las redes que han tejido profesores, artistas, investigadores, escritores, empresarios y emprendedores interesados en promover sus culturas y en la concreción de posibilidades de intercambios académicos y educativos para afianzar las relaciones bilaterales y los lazos entre sus pueblos.

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